En la tarima canta canciones del Joe Arroyo, su “ídolo”. Minutos antes practica y afina su voz con las técnicas aprendidas en sus clases de canto. Enérgico sube al escenario y toma el micrófono entre sus manos para generar una experiencia sensitiva en el público. Antes de cada presentación, así se prepara Iván Martínez, un barranquillero apasionado por la música.
Este joven de 23 años nació con una necesidad cognitiva y un leve autismo. Hace parte del grupo Son de Casas, la orquesta de inclusión de Casas Distritales de Cultura. Ser el cantante de la agrupación lo enorgullece en lo más profundo de su corazón.